FiNANZAS SOSTENIBLES

Productos financieros que promueven características medioambientales o sociales. Esta categoría es amplia y puede corresponder a un producto cuyo objetivo es mejorar una calificación ESG, un indicador de huella de carbono o la creación de empleo.

Productos financieros cuyo objetivo de gestión incluye un objetivo medioambiental o social. Se trata de un fondo temático que invierte en empresas que contribuyen positivamente a los objetivos de desarrollo sostenible.

La materialidad representa el doble objetivo que debe perseguirse al tener en cuenta los criterios ASG en una política de inversión: por un lado, identificar y gestionar los riesgos financieros derivados de acontecimientos ASG externos que puedan repercutir en el valor de una inversión -los riesgos de sostenibilidad- y, por otro, limitar los posibles impactos negativos de nuestras inversiones en términos de sostenibilidad, es decir, cómo la inversión realizada nos permitirá reducir nuestro impacto en cuestiones medioambientales, sociales o de derechos humanos.

Según el reglamento SFDR, se trata de una inversión en una actividad económica que contribuye a un objetivo medioambiental (energías renovables, reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, efectos sobre la biodiversidad y economía circular), o una inversión en una actividad económica que contribuye a un objetivo social (lucha contra las desigualdades, inversión en capital humano o comunidades económica o socialmente desfavorecidas), siempre que estas inversiones no causen un perjuicio significativo a ninguno de estos objetivos y que las empresas en las que se invierte apliquen prácticas de buen gobierno.

Son los impactos negativos significativos de las decisiones de inversión sobre los factores de sostenibilidad, es decir, sobre cuestiones medioambientales, sociales o de derechos humanos. El reglamento SFDR establece una lista de 14 indicadores obligatorios y 2 opcionales, entre los que se incluyen: la huella de carbono, la exposición de las empresas a los combustibles fósiles, la brecha salarial de género y la violación de las normas sociales mínimas. Estos indicadores demuestran la materialidad ASG, es decir, el impacto medible de las decisiones de inversión tomadas.

El principio «Do Not Significant Harm» es uno de los requisitos impuestos por el SFDR y la normativa sobre taxonomía: al perseguir un objetivo específico de inversión sostenible, no se debe causar ningún daño significativo a otro objetivo de inversión sostenible.

Reglamento europeo sobre divulgación de información financiera sostenible, que entró en vigor en marzo de 2021. Su objetivo es describir y explicar, en los documentos precontractuales, la estrategia de inversión sostenible y la forma en que las sociedades de gestión integran la información sobre sostenibilidad en sus productos financieros (integración de los riesgos de sostenibilidad y los impactos negativos).

El objetivo del reglamento de la Taxonomía Europea es establecer una herramienta de clasificación para ayudar a los inversores y a las empresas a orientar el capital hacia actividades económicas respetuosas con el medio ambiente. Una actividad económica se considerará sostenible desde el punto de vista medioambiental en el sentido del reglamento Taxonomy si cumple uno de los seis objetivos medioambientales definidos, sin causar un daño significativo a los otros cinco y respetando unas garantías sociales mínimas.